domingo, 29 de junio de 2008

Mala hierba

No, no es una de mis nuevas etapas de "nadie me quiere, todos me odian, voy a comer gusanos" ni un flash back a la etapa en que mi nick de messenger hacía alusión a una película, adaptación de una obra de Octavio Paz y basada en la vida de Sor Juan Inés de la Cruz (Yo, la peor de todas) y que mi amiga Kari tanto odiaba, incluso dedicándome un hermoso post en su blog.
Hoy sólo quiero referirme a la relación entre ese post y algunas frases cliché de la canción de Alejandra Guzmán... En cómo quizás los buenos deseos de mi amiga hoy se me están volviendo realidad. Porque cuando ella escribió ese post es cierto, yo estaba en una etapa en que quizás sólo buscaba sabotearme sola, en que sobre reaccioné (tengo un gen de drama queen imposible de eliminar) y generalicé una situación en particular, haciendo que todo se viera más malo de lo que en realidad era. Pero contextualicemos la situación... Venía regresando de esos maravillosos meses de vivir en Santiago, y la vida me quizo de regreso en Punta Arenas. Yo extrañaba a Kari, a Claudio S. y "el que no debe ser nobrado" continuaba su acoso permanente y yo, la idiota, me prestaba para el juego, aún no me convencía de que él sólo estaba jugando conmigo, y dejé que continuara haciendome daño, más daño del que yo podía resistir. El desgraciado estuvo a punto de quitarme la vida (en sentido literal) y, por supuesto, con ese nivel de desmoralización y baja autoestima, simplemente pensé que era la peor de todas, que nadie jamás me tomaría en serio. Y continué forjando esa máscara de chica mala, porque de esa manera ya nadie me dañaría nuevamente... En ese momento me pareció que lo correcto era no volver a bajar la guardia, así nada me afectaría... Cómo me iba a imaginar que algún día iba a alcanzar los niveles de sentimientos de una roca... Y lo hice, en cierto sentido me volví inmune a los sentimientos ajenos (masculinos, claro está) y dejó de importarme hacerle daño a los hombres, y hoy pienso con cariño y hasta lástima en todos los que pasaron después del "que no debe ser nombrado"... Mister R., Claudio V, Nelson, etc. A ninguno de ellos pude querer de verdad, sólo me dediqué a recibir pero era poco lo que daba, y no me importaba, me resultaba cómodo de esta manera.... Me convertí en un desastre total, verdaderamente mala hierba. Qué me interesaban las escenas de celos, o incluso en algunos casos, el llanto... lo llegué a disfrutar... Compromiso? una relación estable y seria? No gracias, no soy de aquellas, me gusta la libertad. Y comenzó mi pánico irracional a las relaciones. En cuanto oía la palabra relación, padres o incluso un simple "te veo hoy en la tarde", salía escapando, arrancando, con una sensación de ahogo imposible de manejar. Sólo quería romances esporádicos, saber que el sujeto de turno estaría disponible si se me ocurría llamarlo a las 01:00 am.
¿A qué se debió esta etapa? A veces pienso que siempre fue porque mi corazón estaba ocupado por el único hombre al que no podía tener, pero alguien sabiamente me dijo alguna vez que, incluso si hubiera podido tener una relación normal con Claudio S., quizás también yo habría escapado. No sé, como se dieron las cosas jamás supe (ni me interesa ya saber) si las cosas hubieran sido distintas. Porque esa es otra página de mi historia que decidí dar vuelta.
Pero hoy todo es distinto, no me siento ni la peor de todas, ni mala hierba. Me siento renaciendo, como un ave fénix, de mis propias cenizas, y superando mis miedos uno a uno... a paso lento, pero seguro. Estoy viviendo mi propio cuento de hadas, iniciando la relación más extraña de mi vida en la que soy una Rapunzel de cabello corto que espera a ese principe que no viene en un córcel, sino que realiza piruetas en un skate para llegar hasta mí... pero esa es otra historia que contaré más adelante.

viernes, 27 de junio de 2008

Patty, la dueña de casa

Desde que vivo sola (en teoría, porque en la práctica vivo 2 semanas al mes con Fito) me he sentido orgullosa de mí misma. Mi especialidad, las lentejas, han regresado en gloria y majestad al menos una vez a la semana, aunque esta semana mi cita de lentejas (a.k.a. Kari) no dio señales de vida, por lo que las comí con Fito, quien se repitió el plato. ¿Será que, después de todo, heredé algo del talento de mi padre en la cocina? Ojalá algún día pueda preparar el pollo asado y las costillas de cordero como sólo él las cocina.


La casa no brilla, pero se mantiene ordenada. Y al dormitorio de Fito no entro ni amarrada, me basta con cerrar la puerta los días que no está.... Y bueno, yo siempre he sido un desastre con mi ropa (jamás está en el closet) así que eso no tiene mucha importancia, no ha variado en lo más mínimo, pero si adquirí una obsesión por tener la loza lavada siempre y separar la carne y congelarla en bolsas ziploc, así voy sacando a medida de la necesidad... Me siento lista para practicar esta semana con la cazuela ya que mi primer intento, hace como 2 años, no fue malo malo, sólo se me olvidó sacarle la piel al pollo y el caldo me quedó un poco aceitoso. ¿Próximos desafíos? Las albóndigas al estilo mamá, sopaipillas, gnoquis y persuratas (me obsesionan estos dulces croatas y me conseguí la receta)


Y como hoy estoy enfermita, me aventuré con preparar scones. No los preparaba hace años (en rigor nunca los cociné yo, sino que veía a la granny Susy hacerlos) y la última vez que los comí fue el 2005, cuando mi tía Viviana vino un par de días a Punta Arenas de visita. Y la verdad es que me quedaron deliciosos!! Quizás no di con la forma, pero de sabor están espectaculares.


Juzgue usted mismo.

¿Será cierto que la gente cocina mejor cuando tiene una inspiración? =)

jueves, 26 de junio de 2008

La cultura al volante

El martes fui a dejar a mi pequeño jeep al taller mecánico y he retornado a mi vida de peatón sólo para indignarme aún más respecto a la forma de manejar de los magallánicos. ¿Será que, más allá de ser la capital de la Patagonia, somos la metrópoli del mal manejo? No existe la cultura del respeto a los peatones, todos manejan rápido y sin respetar los pasos de cebra, ni que decir de "al virar, pierde la preferencia" ¡Qué importa al magallánico dejar mojado a un peatón en un día de lluvia, si sólo le importa llegar (rápido) a su destino! Dichos mis descargos, definitivamente me convenzo de que quien ha "aprendido" a manejar en Punta Arenas (cultura del conductor y clima invernal incluido), puede sin duda manejar en cualquier circunstancia. ¿Será por nuestra necesidad de manejar por sobre el límite legal que además somos la cuna de buenos exponentes del automovilismo?
Le plantearé esta misma pregunta al hombre que me enseñó a manejar, me compró el primer auto pero dejó las clases a la mitad porque simplemente no soportaba mi incapacidad de mantener ambas manos al volante y la mirada al frente. Qué injusticia, porque esas manías las aprendí precisamente de él, mi corredor de autos favorito... Al menos me enseñó como manejar un vehículo con escarcha... Se te agradece viejo!! (aunque al parecer eso fue precisamente lo que olvidé el día del choque que me convirtió nuevamente en la reina de la caminata)

lunes, 23 de junio de 2008

Mi little corner

El Confesionario está oficialmente cerrado. Fue parte de una etapa de mi vida que se ya se cerró y no tiene porqué volver, prefiero dar vuelta las hojas de este libro llamado vida. Pero me gustó releerlo, a pesar de que ha sido el blog más flojo de mi vida, me gustó ver los cambios que he tenido en un año y medio, aunque hubiese querido comenzarlo antes. Ni siquiera recuerdo el blog anterior al Confesionario, debería intrusear en el blog de Kari haber si encuentro el link, pero en el fondo no me interesa remover esa etapa, lo enterrado, enterrado queda.
Hoy la vida es distinta, y mucho mejor que hace años. Hoy me siento feliz y quiero primero disfrutar de esta felicidad en la privacidad que este blog me puede otorgar. No le he dado el link a nadie, y espero no darlo por un tiempo, al menos hasta que logre asimilar el huracán que ha trastornado tan dulcemente mi vida.
Quiero, quizás, darle un giro a mi estilo de escribir y comenzar a contar más del mundo que me rodea que de mí misma. Quizás retome la idea de escribir cuentos. Quizás este espacio sólo continúe siendo un diario de vida, una bitácora del viaje que todos iniciamos y que va declinando con el paso inexorable de los años. Aún no lo decido, por mientras lo mejor será dejar que las necesidades del día a día vayan dictando su curso.
Por mientras, sólo me queda añadir que estoy feliz y que me cuesta creer que la vida pueda ser tan generosa. Por eso prefiero cerrar los ojos, y si todo esto es un sueño, no quiero despertar.

lunes, 16 de junio de 2008

La Tesis... el regreso

Todavía recuerdo, como si fuera ayer, cuando comencé con la tesis universitaria. No se me ocurrió nada mejor que trabajar el tema de la resiliencia porque en ese entonces estaba de moda y había sido poco aplicado al trabajo social. Me pareció pertinente averiguar si existían factores de resiliencia presentes en jóvenes consumidores de solventes en Punta Arenas, quizás lo elegí porque en ese entonces pensaba aún en que dedicaría mi vida a realizar diagnósticos de caso y a aplicar informes sociales. Cómo da vueltas la vida!!

Pero volvamos a la tesis... corría el año 2004 y no pudo ser peor momento. Ese año fue definitivamente nefasto en mi vida, no sólo porque tuve una depresión que casi me mató, sino porque la enfermedad de mi padre tomó niveles insospechados y yo con mi madre nos llevamos la peor parte, la vida se nos fue tornando un infierno de proporciones bíblicas. En mi vida sentimental también fue el peor año de mi vida... mi eterno novio terminó conmigo por otra. Mis amigos más queridos estaban lejos o yo los había abandonado y además, después de ser una estudiante brillante, estaba a punto de reprobar mi último año. Aún así, y con reclamos en la universidad, logré terminar y graduarme. Aunque eso de graduarme es una forma de decir porque no asistí a la ceremonia.

Aún así logré terminar la tesis, y prometí jamás volver a estudiar, para no repetir esa tortura, pero yo no aprendo... Y aquí estoy, nuevamente trabajando en mi tesis, del magister, y me siento toda una universitaria. Claro que esta vez no está Claudio para acompañarme en las maratónicas jornadas que concluían a las 05 de la mañana, ya no existe virtualia para realizar un break y mis marditas inc están en otra.

Y esta vez profundizo en la participación política de la mujer, pero en eso profundizaré más adelante. Hoy soy una agradecida de que esta tesis viene en un mejor momento y en que podré sacarla adelante.

lunes, 9 de junio de 2008

Yo pololeé con un saco de weas (or I was the girlfriend of a son of a bitch)

Así se llama el grupo de facebook que creamos con mi amiga Jo, una noche, de aburridas y sólo para quitarle mérito al de César, que creó un ofensivo "me comí a una fea". Jamás creímos lo exitoso que sería nuestro grupo, al punto de llegar a más de 5.000 miembro en menos de un mes, e incluso aparecer en un artículo de cierto dudoso periódico farandulero, aunque nos dejaran como las despechadas de Chile.

Así comenzamos a sumergirnos en este mundo de los SDW (abreviación práctica para denominar a estos sujetos) y me di cuenta que yo también tengo una inspiración para estar dentro del grupo. Yo tuve de novio a un perfecto imbécil, pero que yo también fui lo suficientemente tonta como para estar junto a él más de 6 años.

Charlotte York, en Sex and the City, postulaba que una mujer se demora la mitad del tiempo que duró la relación para recuperarse de las heridas, y yo doy fe que es cierto, aunque incluso podemos demorarnos menos. A mí me bastaron 2 años para dar por superado ese negro período de mi propia historia y olvidar por completo a Omar, aunque a veces él trate de meterse de nuevo en mi vida... el colmo del descaro, no es bueno andar persiguiendo a tu ex novia cuando estás a punto de casarte. Pero allá él, y que lástima por aquella incauta, que sin duda estaría dispuesta a matarme si sabe que hoy su futuro marido me invitó a almorzar.

No pude decirle que no y acepté su invitación, quería comprobar la hipótesis de Mauricio, que plantea que Omar no ha podido olvidarme y que se ha transformado en un verdadero imbécil.

Quiero quedarme con las palabras de Mauricio, quien dice que estoy mucho más feliz, tranquila y linda que durante la relación y los 2 años que siguieron. Me dijo también que me ve más segura en mí misma, y le encuentro toda la razón. Cuando me veo al espejo en las mañanas me gusta lo que en él se refleja, me siento cómoda siendo yo. Omar nunca me decía "te ves linda", siempre me criticaba si me cortaba el cabello, si subía un par de kilos o por la ropa que vestía. Hoy escucho tantos halagos que incluso corro el riesgo de volverme egocéntrica.

Por eso ya no me interesa ser Beatrix Kiddo y matar a mi propio Bill, porque por un lado este Bill no merece el sacrificio de matar a tantos para llegar a él, y porque eliminándolo no voy a conseguir un final al estilo "the lioness has rejoined her cub. All is right in the jungle".


 
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