jueves, 9 de julio de 2009

El funeral de Carlos

Hoy estuve en un funeral, y me costó mucho ir. La última vez que fui a uno fue para despedir a mi tío, y creo que eso me dejó muy mal por mucho tiempo, quizás no debí ir a su casa en cuanto me avisaron que había muerto y, menos aún, haberlo abrazado cuando estaba aún tibio.

Cuando murió Mariela, hace más o menos un año, fui a su velorio, pero me negué a ir al funeral. Ya verla en el ataúd fue lo suficientemente fuerte porque sentí que con ella se iba gran parte de mi infancia e inocencia, y esos eran recuerdos que aún no quería enterrar.

Hoy no quise ver a Carlos en el ataúd, prefería recordar su sonrisa siempre a flor de piel, y ese innegable parecido a un abuelo bonachón con el que siempre soñé pero que jamás tuve. Y fue hermoso porque - pese a que todos los muertos son buenos a la hora de irse - en este caso los hermosos recuerdos de quienes lo conocimos eran reales y sinceros.

Buen viaje compañero... aún te debo un bono... =)

1 mortales ociosos han comentado:

kurotashio dijo...

Sin dudas que las visitas a cementerios o algo similar siempre traen ese aire como a recuerdos y de "que habría pasado si le hubiera dicho tal cosa" a la persona que hoy está en otro mundo...

 
La vida desde los ojos de Nina © 2008 Template by Exotic Mommie Illustration by Dapina