Los 5 minutos en que regresé a la adolescencia

Siempre lo he dicho, y hoy lo reafirmo, que puedo preciarme de haber hecho casi todo lo que quise hacer en la adolescencia. En algunos casos lo hice ya de grande, pero lo hice. R. M. y E. V. son ejemplos de esos amores platónicos que, ya incluso fuera de la universidad, pude concretar, aunque fuese por unos momentos.

Pero tengo aún dos grandes pendientes... El mochileo a Chiloé y M. R. Porque a M. siempre, pero siempre, lo encontré estupendo, quizás un poco subido de peso, pero jamás obeso, y siempre me frenó que haya sido "algo" de una amiga, además de mi profundo amor por su compañero de curso y, el no menor, hecho de que podríamos haber sido hermanos. Esto último sí fue una tontera porque, aunque su padre haya sido novio de mi madre, es imposible que hayamos nacido nosotros, pero un "no sé qué" moral siempre estuvo latente.

En fin, la última vez que lo vi fue hace como 2 años, cerca de mi ex oficina, conversamos un rato y chao, nada más. Hasta que se creó un perfil en FB y me convirtió en su primera amiga, ahí comenzamos un inocente coqueteo que terminó cuando borró su cuenta, así que tuve escasas probabilidades de lograr mi cometido... hasta anoche, cuando me lo encontré en el casino. Y por dios que me compliqué, hace mucho no sentía dolor de estómago y las piernas de lana por sólo ver a alguien y sentir su perfume. Ok, deben ser los meses de abstinencia y semana santa que tienta la frágil carne pecadora, pero no hay razón... Aléjate Satanás!!!

Conclusiones:
- Las noches de fin de semana en el casino pueden ser perjudiciales, no sólo para el bolsillo, sino también para la salud.
- Tengo una clara obsesión con Hugo Boss.
- Semana Santa debería prohibirse, siempre me incita a la lujuria, y
- Si hubiéramos sido hermanos, apoyaría el incesto. =P

En fin, estas cosas sólo me pasan en semana santa, así que no me preocupo mayormente.