Aerosmith

¿Les conté que fui a ver a Aerosmith? Probablemente no, dado que he tenido bastante tirado el blog, pero pido las disculpas del caso; acostumbrarse a una nueva vida, ser dueña de casa, trabajar y terminar la tesis me deja menos tiempo del que quisiera, y mucho menos del que tenía antes, cuando no tenía que llegar a lavar, planchar, cocinar o limpiar.

En fin, el 25 de Mayo Aerosmith estuvo en Santiago de Chile. Y no es que sea mi banda favorita, pero es un imperdible para cualquier amante de la música que se precie como tal, porque, después de todo ¿cada cuánto vemos a una banda que lleve 40 años tocando y aún suene bien?. Además, y siendo honesta, me trae los mejores recuerdos de esa época adolescente; las primeras fiestas, los primeros amores, esos bailes al ritmo de "Crazy" cuando te abrazabas pero te mantenías al menos a unos 15 centímetros de distancia de la potencial nueva conquista.Para este concierto me acompañó, como la mayoría de las veces, Angelita. A ella se sumó Seba y parte del "Andate a la Puta Madre que te Parió Tour" (aka chilenos en AC/DC Buenos Aires 2009): Carolina, Bernardo y Feña. Partimos con una previa de lujo en mi departamento y, a eso de las 18:30, partimos en masa al Parque O'Higgins, lugar elegido para el concierto. Igual había frío, pero a medida que transcurría el concierto todos dejamos de notarlo.


El concierto comenzó con "Love in an Elevator" y a la tercera canción ya estaba al borde de la histeria, cuando el escenario comienza a arrojar luces rosas y arrancan los primeros acordes de "Pink", para alcanzar mi punto cúlmine en la siguiente canción ("Dream On") y en otros clásicos como "Jaded", "I Don't Want to Miss a Thing" y "Cryin'", la sorpresa de la noche y que a muchos nos emocionó cuando Steven comienza a cantar a dúo con un joven discapacitado al que conoció a través de la fundación "Make a Wish" y cuyo sueño era conocer al grupo y cantar con ellos su canción favorita.


Y como el mejor regalo, cuando pensamos que el concierto había terminado sin un clásico imperdible, Steven Tyler me deja al borde de las lágrimas en el encore, con una magnífica versión de "Crazy", casi logrando lo que sólo Mike Patton ha logrado en mí, emocionarme hasta sentir la piel erizada.




Para ustedes (en realidad para mí)