sábado, 5 de julio de 2008

Erase una vez... Jack Salón de Eventos



Corría el año 1995 y yo tenía tiernos 14 años cuando, por primera vez, visité una discoteque. Pese a que mis padres eran bastante permisivos, jamás me habían dejado ir a una, y esa vez, excepcionalmente, me permitieron salir. ¿El lugar elegido? Por supuesto que fue Jack Salón de Eventos (R.I.P.), no recuerdo muy bien con quién fui, ni nada de eso, sólo recuerdo la sensación de vértigo ante las luces, la música, el olor a tabaco y maravillada veía a toda esa gente bailando en una pista minúscula. Desde esa noche me volví una adicta a las discoteques, y podía dejar mi pose grunge los viernes y sábado por la noche para apoderarme de ese personaje teenager que usaba polera con tiritas y que fumaba John Player Special (cajetilla negra) y no bebía alcohol porque, indudablemente, a las 04 am debía estar lista esperando fuera de la discoteque a que mamá o papá la fueran a buscar para llevarla, cual Cenicienta, de regreso a casa, rutina que sólo cambiaba cuando era el papá de alguna otra amiga quien nos iba a buscar.

En Jack Salón de Eventos pasé momentos memorables, eso sin duda. Cómo olvidarme de ese 01 de enero de 1996 cuando conocí a Hernán... Los bailes arriba del parlante... Los tóxicos dragón verde (vodka, menta y mucho hielo frappé)... Los free pass y mis contactos para entrar gratis cada fin de semana... Las filas en el túnel... Los sillones del segundo piso... Catalina y yo encontrándonos cada vez que sonaba "Abarajame" de Illya Kuriaky & The Valderramas... La época "Adrenalina" y la ropa color calipso, naranjo, amarillo o verde... Todas creyéndonos las reinas de la noche y jurando que, a pesar de nuestros 14 o 15 años, engañábamos a la gente con ser mayores de 18...

Al menos a los 15 años mis padres comenzaron a ahorrarme la vergüenza de ir a buscarme hasta la discoteque, y permitían que Leonardo o Hernán me fueran a dejar a la casa, cosa que aún no termino de agradecer porque qué habría sido de mí si me hubieran estado esperando afuera a las 07 u 08 de la mañana, cuando el sol ya estaba alto.

Por ahora mantengo en mi laptop la colección de canciones que me hacen recordar esos viejos tiempos, en que todo parecía tan fácil y donde hasta podía convencerme a mí misma de ser la reina de la noche mientras bailaba "El Baile de la Botella"... Como diría Tito Fernandez; qué lindo haber sido dueño de tan tremenda inocencia...

Y como mi vida es un soundtrack, acá va la música con la que partía cada noche loca en "Jack Salón de Eventos" y que, quiéralo o no, aún me hace recordar a mi primer amor.

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